Códigos, poder de mercado y geopolítica de la IA

DeepSeek desafía a las BigTech, impulsando una batalla entre modelos de código abierto y cerrado con impacto geopolítico y tecnológico.

La irrupción de DeepSeek ha sacudido el ecosistema de la inteligencia artificial (IA), desafiando la supremacía de gigantes tecnológicos occidentales (BigTech) como OpenAI, Google, Anthropic, Meta, Microsoft, Nvidia, poniendo en jaque su modelo de negocio y augurando un cambio profundo en la estructura del mercado de la IA. Más allá de una simple batalla entre dos modelos de lenguaje, lo que está en juego es un cambio de paradigma no sólo tecnológico sino del modelo de negocios concentrador del mercado: la creciente viabilidad de las soluciones de código abierto frente a las plataformas cerradas y propietarias que han dominado el mercado de la IA.

Conforme las soluciones abiertas continúen avanzando, la concentración del poder tecnológico en unas pocas empresas podría diluirse, abriendo nuevas oportunidades para startups, gobiernos y economías emergentes. La pregunta es si esta transición impulsará más la innovación y a la competencia o un ecosistema fragmentado con implicaciones geopolíticas impredecibles.

Modelos Abiertos vs. Cerrados: Choque de Paradigmas Tecnológicos y de Negocios

La verdadera contienda no es entre DeepSeek y ChatGPT, sino entre dos enfoques diametralmente opuestos de desarrollo y monetización de la IA. Por un lado, las grandes tecnológicas han apostado por modelos cerrados, monetizados a través de suscripciones y acceso exclusivo mediante APIs. Esto les ha permitido controlar la optimización, la seguridad y la integración con su infraestructura de nube.

Cuando OpenAI lanzó ChatGPT en 2022, parecía haber asegurado la hegemonía de Estados Unidos en la carrera por la IA. Sin embargo, en diciembre de 2023 un nuevo jugador irrumpió en escena aguando esa película: DeepSeek, un modelo chino de código abierto que desafía directamente el dominio de las BigTech estadounidenses.

Más allá de la competencia entre productos, su llegada simboliza una guerra entre filosofías de desarrollo absolutamente divergentes: los modelos de código abierto, que promueven la descentralización de la tecnología frente a los modelos cerrados, diseñados para preservar el control y la rentabilidad de unas pocas corporaciones.

Este choque de paradigmas no solo está redefiniendo la estructura del mercado de la IA, sino que amenaza con alterar el equilibrio de poder global. Si el código abierto prospera, China podría acelerar su influencia tecnológica a nivel mundial, erosionando la ventaja estratégica de Silicon Valley. En este nuevo escenario, la IA ya no es sólo una herramienta de innovación, sino un arma geopolítica cuyo control determinará quién liderará la economía digital del siglo XXI.

Si bien OpenAI, Google y Anthropic han capitalizado su ventaja inicial con modelos de pago, la aparición de alternativas abiertas como DeepSeek-R1 y DeepSeek-V3 ha puesto de manifiesto que modelos de alto rendimiento pueden desarrollarse con menos recursos computacionales y sin depender del hardware costoso de Nvidia. Este avance desafía la creencia de que sólo inversiones multimillonarias pueden sostener la innovación en IA.

Por otro lado, el auge de modelos abiertos como DeepSeek, Qwen, Llama 2 (Meta) y Mistral-7B está demostrando que una estrategia descentralizada puede acelerar la innovación y reducir costos para empresas y desarrolladores. Este enfoque permite a países y empresas con menor acceso a infraestructura tecnológica, aprovechar avances de vanguardia sin depender de las restricciones económicas o geopolíticas impuestas por Occidente.

Sin embargo, la democratización del acceso a la IA también conlleva riesgos. Modelos abiertos pueden ser utilizados sin supervisión para la generación de desinformación, ataques cibernéticos o manipulación algorítmica. Este dilema pone en aprietos a los reguladores, quienes aún debaten acerca de cómo balancear la innovación con la seguridad, sin frenar el progreso tecnológico.

Impacto en la Estructura del Mercado

La expansión de modelos abiertos podría erosionar el poder de las BigTech en varios frentes:

  1. Presión sobre el modelo SaaS de IA: OpenAI y Google han monetizado la IA como un servicio (SaaS), con modelos cerrados optimizados para clientes empresariales. Si las soluciones abiertas alcanzan un nivel comparable, justificar precios elevados será cada vez más difícil.
  2. Mayor competencia y fragmentación: La barrera de entrada para nuevas empresas se reduce. Startups y gobiernos podrán desarrollar modelos personalizados sin pagar tarifas exorbitantes a proveedores estadounidenses.
  3. Reducción de la dependencia del hardware de Nvidia: El auge de IA optimizada para hardware menos costoso desafía el monopolio de Nvidia en el suministro de GPUs avanzadas, lo que podría alterar el mercado de semiconductores.

Esta transformación forzará a los actores tradicionales a adaptarse. Meta ha dado señales de apertura con Llama 2, y no sería sorprendente que Google y OpenAI liberen versiones limitadas de sus modelos en respuesta a la presión competitiva.

A largo plazo, podríamos presenciar una coexistencia entre modelos abiertos y cerrados, donde las grandes tecnológicas se especialicen en soluciones premium con soporte e integración avanzada, mientras que el código abierto prospere en aplicaciones personalizadas y de nicho.

Oportunidades y Desafíos para Países en Desarrollo

Para las economías emergentes, el auge del código abierto en IA representa una oportunidad histórica. Hasta ahora, muchas de ellas han quedado rezagadas en la adopción de tecnologías avanzadas debido a barreras económicas y regulatorias. Pero si la tendencia continúa, podrían desarrollar infraestructura de IA propia sin depender de corporaciones occidentales.

Sectores clave como la educación, la salud y la industria podrían beneficiarse enormemente. Modelos de IA adaptados a idiomas y realidades locales permitirían una mayor inclusión digital, mientras que el acceso a herramientas avanzadas sin los costos prohibitivos de licencias privadas facilitaría el crecimiento de startups tecnológicas en regiones con menor capital de inversión.

No obstante, el acceso a modelos abiertos por sí solo no garantiza el éxito. Sin inversiones en talento, infraestructura y políticas públicas que fomenten la adopción de IA, muchos países seguirán siendo consumidores pasivos de tecnología en lugar de actores activos en su desarrollo.

Impacto Geopolítico: El Factor China

China ha apostado decididamente por la IA como pilar estratégico para consolidar su liderazgo tecnológico. Ante las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos que limitan su acceso a chips avanzados, ha buscado alternativas para reducir su dependencia del hardware occidental. DeepSeek, optimizado para correr en chips menos sofisticados, encaja perfectamente en esta estrategia.

A medida que su ecosistema de IA abierto gane tracción, China podría consolidar su influencia en mercados emergentes que buscan reducir su dependencia de la tecnología estadounidense. A mediano plazo, la adopción de modelos abiertos chinos en América Latina, África y el Sudeste Asiático podría debilitar el dominio de OpenAI y Google en el mercado global de IA.

Para Estados Unidos y la Unión Europea, la respuesta no será sencilla. Regular en exceso la IA de código abierto podría frenar la innovación doméstica y dar ventaja a China. Pero ignorar su expansión podría acelerar la erosión de su influencia digital. La probabilidad de una regulación global unificada es baja, lo que sugiere un futuro de fragmentación tecnológica, donde distintos bloques geopolíticos operen con infraestructuras de IA cada vez más divergentes.

Cómo el Perú Debería Insertarse en el Nuevo Orden de la IA

La irrupción de DeepSeek, Qwen y otras soluciones abiertas, marca un punto de inflexión en la evolución de la IA. La popularización del código abierto desafía el monopolio de las BigTech, al diversificarse la estructura del mercado, generando oportunidades para actores emergentes y nuevos riesgos asociados a la falta de regulación. Para las grandes tecnológicas, el desafío es claro: adaptarse o arriesgarse a perder relevancia.

Para los países en desarrollo, la oportunidad es inmensa, pero no automática. Solo aquellos que inviertan en capacidades digitales y regulaciones inteligentes podrán beneficiarse plenamente de la nueva era de IA descentralizada. Si la historia tecnológica sirve de guía, el futuro de la IA no será una lucha de suma cero entre modelos abiertos y cerrados, sino un delicado equilibrio entre control e innovación, donde la capacidad de adaptación determinará quién liderará la próxima década de progreso digital.

El rezago de Perú en inteligencia artificial no es casualidad, sino el resultado de décadas de desatención a la ciencia, tecnología e innovación. Sin un ecosistema robusto que fomente la investigación aplicada y la generación de datos abiertos, la IA no ha encontrado terreno fértil para su desarrollo. Mientras países emergentes han apostado por marcos regulatorios flexibles, inversión en talento y acceso abierto a infraestructuras digitales, Perú sigue atrapado en un modelo de baja sofisticación tecnológica, donde la falta de datos estructurados y la escasa articulación entre el sector académico y productivo limitan cualquier avance significativo. Sin una estrategia clara, el país seguirá siendo un consumidor pasivo de tecnología en lugar de un actor en su desarrollo.

Perú no puede ser un espectador de la revolución de la IA. El auge del código abierto se avizora como una realidad firme y ofrece una oportunidad inédita para reducir la dependencia tecnológica y acelerar la transformación digital. Sin embargo, capitalizar este momentum requiere inversión en talento, infraestructura y políticas que impulsen el desarrollo de la IA en conjunto con la innovación abierta. Mientras otras naciones emergentes avanzan, Perú debe actuar con decisión para integrar la IA en su economía o arriesgarse a quedar rezagado en esta nueva Gran Era.