El Banco Central Europeo dejó sin cambios sus tasas de interés, mientras continúa su esquema de impresión de dinero para impulsar la economía.
La decisión de dejar el costo del crédito sin cambios estaba ampliamente prevista después de que el BCE recortara las tasas a mínimos en septiembre pasado y dijo que había llegado al «límite inferior».
La principal tasa de refinanciación del banco determina el costo del crédito en la economía de la zona euro.
Además, el BCE aumentó su pronóstico de inflación de la zona euro para este año a 0,3% respecto al cero que anticipaba previamente. La medida es otro indicador de que el riesgo de deflación —una caída de los precios en el largo plazo— puede estar desvaneciéndose.
La inflación baja es indicio de escasa demanda y puede dificultar a los gobiernos y consumidores endeudados reducir la carga de la deuda.