FAO, FLAMA y los mercados mayoristas

Los mercados mayoristas y minoristas, el emporio de Gamarra, el clúster mueblero de Villa El Salvador y los enclaves del calzado en Trujillo (La Libertad) y avenida Zarumilla (Lima), son grandes concentraciones de negocios del capitalismo popular peruano. Alrededor de estos espacios se ubican personas y empresas que atienden las necesidades de insumos y servicios de sus industrias y talleres artesanales que movilizan decenas a cientos de miles de empleos y casi incontables millones de soles en negocios y producción, principalmente dirigida al consumo nacional.

Dentro de ese mundo de febril actividad económica y floreciente economía –aún informal- se da un fenómeno muy peruano, el predominio del comercio tradicional de alimentos (mercados y bodegas) sobre el comercio moderno (supermercados y otros formatos recientes). La afamada consultora internacional Kantar World Panel lo constató en uno de los documentos que publica regularmente. Los peruanos compramos mayoritariamente en los mercados, que ofrecen un encanto que seduce al consumidor nacional, y vienen saliendo ilesos de tantos cambios en las últimas décadas.

Esta primacía de los mercados, sean estos mayoristas o minoristas (desde mercados de barrio, mercadillos, ‘paraditas’ y ferias) sobre los otros formatos es resultado de la cultura, hábitos de consumo, capacidad adquisitiva y la tendencia a la compra cercana, esto es, el ideal que haya un lugar donde comprar alimentos solo a cuadras de cada domicilio.

En realidad en el Perú no hay mercados mayoristas tal cual lo proclama el título. Sea Santa Anita (GMML), Huamantanga, Moshoqueque, La Hermelinda, Raez Patiño o Vinocanchón, se trata de  grandes mercados en donde se puede comprar al mayoreo pero también por kilos. Esos, los más grandes, son los preferidos por el público, porque ofrecen precios bajos y variedad.

Por eso hay que destacar que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Federación Latinoamericana de Mercados de Abastecimiento (FLAMA) trabajan en varias medidas prácticas que sirvan como una guía para todos los mercados mayoristas de los países de la región en medio de la pandemia que se vive.

Arturo Fernández, presidente de FLAMA, afirmó que los mercados o centrales de abastos (mayoristas) asumieron rápidamente el costo de las medidas de prevención y expresaron su compromiso de seguir abasteciendo a los países. Fernández, ex presidente de la Confederación Nacional de Agrupaciones Comerciantes de Centros de Abasto. de México (CONACCA) enfatizó que un alto porcentaje de la oferta mayorista proviene de pymes y de la agricultura familiar. Refirió que América Latina se abastece gracias a los mercados mayoristas y redes de comercialización minoristas.

De otro lado, Raúl Giboudot, secretario general de FLAMA, agregó que los mercados mayoristas son fundamentales para la seguridad alimentaria y especialmente importantes para ofrecer productos a precios bajos a una población con restricciones de ingresos. Finalmente, Joao Intini de FAO destacó que los 300 mercados mayoristas en América Latina son claves para mantener el abastecimiento alimentario, en especial de zonas urbanas.