El gobierno griego consideró que el organismo internacional buscó ejercer presión sobre Atenas y sus acreedores europeos con su decisión de abandonar las negociaciones de Bruselas.
En una señal de que no había suavizado su posición en las conversaciones, un funcionario griego dijo también que su país no violará las «líneas rojas» de sus demandas mientras busca intensificar las negociaciones políticas para un acuerdo.
El tiempo se está acabando para que Grecia llegue a un acuerdo con sus prestamistas de la Unión Europea y el FMI para el desembolso de más ayuda financiera, y evitar un default a fines de junio, que podría dejar al país fuera de la zona euro. Pero las conversaciones terminaron sin avances el jueves por la noche y el equipo del FMI se retiró abruptamente de Bruselas.