La mina Mirador, la principal de cobre de Ecuador y administrada por la empresa china “Ecuacorriente” entrará en el 2018 en la fase de producción a tajo abierto, de acuerdo al ministerio ecuatoriano de Minería.
Con cerca de 3 millones de toneladas de cobre, Mirador “iniciará su fase de producción en el 2018”, señaló el ministerio en un comunicado tras una visita de ministros la mina localizada en la provincia de Zamora Chinchipe en la Amazonía, al sureste y limítrofe con Perú.
Este yacimiento también dispone de depósitos de 26.1 millones de onzas de plata y 3.2 millones de onzas de oro.
“La industria minera nos permitirá a los ecuatorianos tener otra fuente de riquezas y oportunidades para el desarrollo de importantes obras, y será en el mediano plazo una de las principales fuentes de ingresos y exportaciones para el país”, apuntó Rafael Poveda, el ministro coordinador de Sectores Estratégicos.
Mirador es el mayor proyecto de minería metálica industrializada a gran escala que operará al aire libre en Ecuador, el cual creará unos 3, 000 empleos directos durante la construcción de la mina y 1, 000 trabajos más una vez empiece a operar, según el ministerio.
El campo aurífero Fruta del Norte, a cargo de la empresa canadiense Lundin Gold, es otro de los principales campos mineros concesionados en Ecuador.
Fruta del Norte, también en la provincia de Zamora Chinchipe, tiene reservas por 4.8 millones de onzas de oro y 6.3 millones de onzas de plata que serán extraídas a nivel subterráneo, de acuerdo con la compañía.
Ecuador dio permiso a Lundin Gold a pasar a la fase de explotación en julio pasado, que puede tomar al menos cuatro años antes de que empiece a recuperar minerales.
La economía ecuatoriana, que se ha visto golpeada por el desplome del precio del petróleo -su principal producto de exportación-, se abrió en el 2012 a la minería a gran escala a pesar de la oposición de sectores indígenas y ecologistas, que argumentan que esta actividad podría causar un impacto ambiental grave.
A pesar de esta situación, la explotación de metales se desarrolla de manera ilegal y de forma artesanal, y conlleva un alto costo ecológico por el uso de técnicas y sustancias altamente contaminantes.