En un artículo aparecido en el 2013 en Economic Journal denominado «Adolescent Time Preferences Predict Lifetime Outcomes», los profesores Bart Golsteyn, Hans Grönqvist y Lena Lindahl de Stockholm University desarrollaron un estudio empírico que conmina a los padres a enseñar a sus hijos a ser pacientes. La investigación parte de la necesidad de medir el nivel de paciencia que tiene una persona. Para ello, se realizó la siguiente pregunta a 13.606 adolescentes suecos: “¿Prefieres recibir US$ 140 hoy ó US$ 1.400 en 5 años?”. Los adolescentes podían elegir entre cinco respuestas alternativas, que se graduaban desde el muy impaciente “por supuesto, US$ 140 hoy” al muy paciente “por supuesto, US$ 1.400 dentro de 5 años”. Lo increíble del estudio es que ésta pregunta se realizó en 1963, y los autores han sido capaces de “seguir” a estos alumnos durante cinco décadas, incluyendo su período escolar y gran parte de su vida adulta.
¿Y cuáles son los resultados? La respuesta es contundente: los adolescentes que eran más pacientes han cosechado mayores frutos económicos que los impacientes. Los adolescentes con más paciencia, en primer lugar, obtuvieron mejores resultados académicos que los alumnos menos pacientes. En segundo lugar, una vez alcanzada la edad de trabajar, los alumnos más pacientes han tenido una menor probabilidad de estar desempleados y han alcanzado mayores ingresos. Finalmente, los investigadores concluyen que los adolescentes menos pacientes han tenido mayor probabilidad de tener sobrepeso, ser madres adolescentes o morir jóvenes. Es importante destacar que junto a la pregunta sobre el nivel de paciencia, en 1963 todos los alumnos realizaron un test para medir su capacidad cognitiva, descontando ésta variable, los resultados positivos de la paciencia siguen siendo muy robustos.