A inicios de este mes, la Cámara alta del Parlamento ruso aprobó la petición del Presidente Vladimir Putin para intervenir militarmente la península ucraniana de Crimea. Putin alegó esta situación como “excepcional” con la finalidad de proteger a los ciudadanos de su país y a las fuerzas armadas en la zona. La medida trajo una ola de críticas por parte de las principales economías del mundo que consideraban seriamente aislar económicamente a Rusia.
Esta decisión de intervenir Crimea también trajo consecuencias económicas. El último lunes la Bolsa de Moscú cayó 10%, haciendo que se perdieran cerca de € 42.000 millones en capitalización bursátil. De esta manera, los inversionistas comenzaron a deshacerse de la moneda rusa, obligando al ente emisor del país inyectar € 7.000 millones de liquidez en el sistema, además de subir la tasa de interés preferencial a 7% desde 5, 5% para dar estabilidad al mercado financiero.
El mismo día, en la Bolsa de París, las cotizaciones de los principales bancos del país cayeron: PNB Paribas perdió 6, 68%; Crédito Agrícola S.A., -3, 78%; Sociedad General, -5, 43%. En tanto, el Índice Dow Jones, de la Bolsa de Nueva York también había perdió 0, 94%; S&P 500, -0, 74%. Los commodities también presentaron variación de precios: el petróleo subió hasta alcanzar US$ 104 por barril, el gas se incrementó en 10%. El precio de los cereales, en particular el maíz y el trigo, también se dispararon, debido a que Ucrania es el primer productor mundial de estos productos.
Rusia, según datos del Banco Mundial, podría crecer este año 2, 2% y 2, 7% el próximo, pero este crecimiento se podría ver afectado si el país no es claro con sus intenciones sobre este espacio. Ahora conocemos los primeros efectos económicos de la medida, si la situación continúa los costos serán mayores.
NOTICIAS, ANÁLISIS ECONÓMICO Y DE NEGOCIOS