La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rebajó hoy sus previsiones de crecimiento mundial para 2015 y 2016, a 3, 1% y 3, 8% respectivamente, y subrayó la importancia de aumentar las inversiones para estimular la economía mundial. Según el reporte anterior, difundido en mayo, las expectativas estaban en 4% y 4, 3% para los dos próximos años. «El primer trimestre de 2015 registró el crecimiento más débil desde la crisis», explicó la OCDE, destacando la «fuerte caída» del Producto Interno Bruto (PIB) en Estados Unidos y el freno más importante de lo previsto de la economía china. «El crecimiento mundial debería reforzarse en 2015 y 2016 pero seguirá siendo modesto en relación al periodo previo a la crisis», afirma la organización, que agrupa a 34 países industriales.
Para Estados Unidos, la OCDE prevé ahora un aumento del PIB del 2% en 2015 y de 2, 8% en 2016, frente al 3, 1% y al 3% previstos en las anteriores previsiones de marzo. Después de haberse contraído en el primer trimestre, la economía estadounidense debería volver a crecer gracias a las «condiciones monetarias alentadoras», «precios de la energía más bajos» y el «aumento del patrimonio de los hogares», aunque el alza del dólar y la caída de las inversiones en el sector de la energía suponen un riesgo, según la OCDE.
En China, la organización augura ahora un crecimiento del 6, 8% en 2015 y de 6, 7% en 2016 (frente al 7% y al 6, 9% de las previsiones anteriores), un freno con relación a las tasas de crecimiento de los últimos años. «En la zona euro y en Japón, la actividad tendrá el apoyo de los precios más bajos del petróleo, la depreciación de las divisas y de las medidas monetarias», indicó la OCDE. La institución también subraya que faltan inversiones para crear más empleos y más crecimiento y se muestra preocupada por las políticas fiscales en Estados Unidos y Japón, la posición de Grecia en la zona euro y los sistemas financieros de las economías emergentes.