En entregas anteriores hemos explicado la necesidad de aplicar simultáneamente y en forma aleatoria las pruebas moleculares y serológicas para determinar la existencia o no del virus y/o anticuerpos y, de esa forma, conocer no solamente los pacientes infectados, sino también la fase de la enfermedad en que se encuentran. No hacerlo conduce a generar estadísticas distorsionadas de los nuevos casos confirmados y, sobre todo, a no detectar los asintomáticos que son los que acarrean el mayor riesgo de multiplicar los contagios. Adicionalmente, al no aplicar las pruebas moleculares en forma masiva y aleatoria, no se puede tener un diagnóstico oportuno y preciso de la distribución de la pandemia a nivel país, región, o distrito y, por lo tanto, no se puede definir una estrategia adecuada para enfrentar la pandemia.
Las autoridades argumentan que no se realizan pruebas masivas aleatorias moleculares porque no se ha podido adquirirlas en la cantidad suficiente, por su acaparamiento en los mercados internacionales y porque no se cuenta con la infraestructura a nivel local para procesar un número masivo de pruebas moleculares. Como consecuencia solo se realizan un promedio de 2,000 pruebas moleculares diarias frente al promedio de 18,000 pruebas serológicas.
El ejemplo que hemos vivido en los últimos días con los trabajadores de los mercados ilustra esta situación. Se han aplicado pruebas serológicas (rápidas) a muestras de trabajadores de estos mercados y los resultados indican que más del 50% de los trabajadores muestreados han dado positivo. Lo que no se nos informa es que este tipo de pruebas serológicas solo detectan los anticuerpos que se producen después de 7 o más días de haber sido infectados y no detectan a los asintomáticos portadores del virus. Es decir dentro del 50% de trabajadores que dan negativo, podría haber un porcentaje de asintomáticos que estarían contagiando no solo a los clientes del mercado sino también a sus amigos y familiares, así como a los que comparten el transporte público con estos asintomáticos. Si se hicieran pruebas moleculares, los asintomáticos si serian detectados y se podrían tomar las medidas de aislamiento y rastreo de sus contactos. Además, no se aclara el significado de “resultados positivos”, que depende de los tipos de anticuerpos detectados. Es diferente un resultado positivo en un paciente que aún tiene la enfermedad, que en uno que ya la superó.
¿Es posible aumentar la capacidad de hacer pruebas Covid-19 con un número limitado de pruebas moleculares? Sí es posible a través de la técnica de “pooling” de pruebas moleculares. En lugar de hacer una prueba molecular a cada paciente, la técnica de “pooling” consiste en mezclar las muestras (hisopados) de varios pacientes (el “pool” de pacientes) en una sola muestra. Si a esta mezcla de varios hisopados se le hace una sola prueba molecular conjunta, y esta sale negativa, entonces se puede concluir que ninguno de los pacientes incluidos en dicha muestra tiene el virus. Si uno o más de los pacientes tiene el virus entonces la prueba de la muestra saldrá positiva y recién entonces se deberá analizar en forma individual una porción de cada muestra, conservada como “respaldo” antes de mezclarla para formar el “pool”, sin necesidad de efectuar nuevas muestras de todos los pacientes incluidos en el “pool” que dio resultado positivo.
En el Gráfico 1 se ilustra cómo se aumenta la capacidad de una prueba molecular a través de la técnica de “pooling” de muestras de pacientes. Estudios realizados en EUA, Israel y la India indican que se pueden mezclar más de 100 hisopados sin perder precisión en la detección del virus de Covid-19 en la mezcla. Dependiendo del porcentaje de infectados en la muestra de pacientes, la técnica de “pooling” permite aumentar en promedio más de 10 veces el número de pacientes diagnosticados con el mismo número de pruebas moleculares. En el caso del Perú, con las 2,000 pruebas moleculares que se hacen actualmente se podrían realizar 20,000 pruebas que es una cantidad superior a la que se realizan actualmente de pruebas serológicas.
Esta técnica es de especial relevancia para las empresas que están retomando sus actividades después de la cuarentena y desean tomar medidas de control sanitario con su personal. Digamos que una empresa cuenta con 1,000 empleados. El procedimiento consistiría en tomar hisopados a cada uno de los 1,000 empleados y luego mezclar las muestras en grupos de 100. Para cada mezcla de 100 empleados se haría una prueba molecular, es decir en este caso solo se necesitarían hacer 10 pruebas. Si las 10 pruebas salen negativas, significaría que todos los 1,000 empleados no tienen el virus. Si una prueba de las 10 da positivo, se procedería a la siguiente etapa de dividir la muestra de 100 en dos grupos de 50 y proceder iterativamente hasta identificar al paciente infectado.
De igual manera, la técnica del “pooling” de pruebas moleculares se podría aplicar en el caso de una cuarentena selectiva a un distrito. Asumiendo una población de 100,000 personas en un distrito, se podrían agrupar las muestras de los pacientes en grupos de 100 personas, que podrían ser las personas en una manzana o calle. Esto significaría que se necesitarían solo 1,000 pruebas moleculares para tener un barrido completo de toda la población del distrito seleccionado.
Para que técnicas como el “pooling” tengan éxito se requiere contar con: (a) personal entrenado en el uso de hisopos para obtener las muestras de la población objetivo; (b) un sistema sencillo y controlado para trasladar las muestras a laboratorios y (c) una aplicación informática eficiente para monitorear las muestras y los pacientes de los diferentes grupos involucrados.
La aplicación informática debe permitir, además, el monitoreo, preferiblemente en forma virtual, de los pacientes identificados como portadores del virus, para comprobar el aislamiento preventivo y así limitar el contagio. La ventaja de las pruebas moleculares es que estas permiten detectar el virus desde el primer día de contagio, mientras las serológicas lo logran alrededor de 7 días después.
De esta manera se podría pasar de una actitud pasiva en el combate a la pandemia como la que tenemos hoy, a una actitud proactiva, basada en la identificación temprana de los infectados para proceder a su inmediato tratamiento y aislamiento en conjunto con sus familiares y contactos. Con esta estrategia se limitaría significativamente la propagación de la pandemia y se tendría mayor éxito en el tratamiento de los infectados. Las autoridades podrían iniciar pruebas piloto de esta técnica juntamente con las empresas para perfeccionar los equipos tomadores de pruebas y el soporte informático requerido. Las autoridades tienen la palabra.