¿Qué hacer para salir de la Recesión?

El reconocimiento, por parte del titular del MEF, de que estamos en una recesión económica ha desatado un debate entre  los analistas económicos acerca de cómo salir de la recesión. El nivel actual de 5.27% de inflación y la inminencia de un fenómeno de El Niño complican el problema. Como era de esperarse, abundan las propuestas para salir de la recesión. Por ejemplo,  la izquierda propone bajar la tasa de interés, aumentar el sueldo mínimo y subir el gasto fiscal, mientras los gremios empresariales proponen reducir las tasas de impuestos, aumentar el draw-back y relanzar el Fondo MiVivienda con tasas preferenciales.

Para  definir la correcta política monetaria y fiscal es imprescindible tener un diagnóstico certero de la situación macroeconómica, tomando en cuenta la ubicación del país dentro del ciclo económico (dinámica de corto plazo) y el PBI potencial (dinámica de largo plazo). De no hacerlo corremos el riego de plantear políticas contraproducentes, como son  las políticas populistas, con posible efectividad en el  corto plazo, pero que comprometen el crecimiento de largo plazo.

En el Gráfico 1 se presenta la evolución trimestral del PBI observado (en azul) y el PBI potencial (en rojo) para el periodo 2007 – 2024. La diferencia entre el PBI observado y el PBI potencial se define como el ciclo económico. El ciclo económico oscila alrededor del PBI potencial. Estas oscilaciones son mayores o menores de acuerdo a la gravedad de la crisis que confronta la economía.

Observamos que el país ha experimentado estas oscilaciones en el pasado. La diferencia es que las anteriores oscilaciones fueron productos de choques externos que la resiliencia de nuestra economía logró soportar. Esta vez nuestras autoridades han  venido incubando la crisis desde el 2011 y   la pandemia se encargó de desnudar la realidad. Para poder entender mejor esta situación es necesario analizar los datos  del Gráfico 1 en términos de tasas de crecimiento anual, como se muestra en el Gráfico 2, donde observamos claramente la evolución de la tasa de crecimiento del PBI potencial y la evolución del ciclo económico durante las crisis Subprime (2008-2009), la del Taper Tantrum (2014-2015) y la crisis de la pandemia (2020-2021). La duración de estos ciclos ha variado de entre 12 y 18 meses y por lo tanto, se espera una duración similar para la actual recesión.

¿Cuál es la diferencia respecto a las crisis anteriores? El problema es que en la actualidad la tasa de crecimiento del PBI potencial es mucho menor. Mientras que en anteriores crisis la tasa de crecimiento del PBI potencial se encontraba entre el 4 al 8% anual, la actual crisis nos encuentra con una tasa de apenas 2.1%. En las anteriores crisis (descontando la pandemia) las altas tasas de crecimiento potencial evitaron que cayéramos en recesión. Esta vez no ha sucedido así y, como consecuencia, hemos entrado en recesión. La penosa realidad es que la tasa de crecimiento del PBI potencial del Perú ha venido reduciéndose desde un nivel de 8% en el 2007 a 2.1% en la actualidad.

Por lo tanto la salida de la actual recesión pasa por incrementar sostenidamente la tasa de crecimiento del PBI potencial. Si no lo hacemos, el PBI no podrá crecer más de 2.1% en 2024. Cualquier crecimiento superior creará presiones inflacionarias. ¿Cómo lograr que el PBI potencial aumente su tasa de crecimiento? Lo prioritario es controlar la inflación que se mantiene elevada debido a que, lamentablemente, el BCRP reaccionó tardíamente al aumento de la inflación asumiendo que esta iba a ser un fenómeno temporal e ignorando el impacto de la masiva inyección de liquidez que significó el programa Reactiva. La política fiscal de bonos y subsidios tampoco ayudó al control de la inflación.

La principal limitante al crecimiento del PBI potencial es la inversión privada porque es  iluso pensar que la inversión pública, por si sola, será suficiente para incrementar la tasa de crecimiento del PBI potencial. ¿Cómo hacer que crezca la inversión privada? Las fuentes de la inversión son el ahorro privado y el ahorro externo. El ahorro externo se consigue, principalmente, atrayendo la Inversión Directa Extranjera (IDE), lo cual es difícil debido a las numerosas trabas burocráticas existentes y a la incertidumbre creada por la situación política del país.

La fuente más importante de la inversión privada es el ahorro privado. Sin embargo el ahorro privado medido como porcentaje del PBI es cada día menor. En el Gráfico 3 se muestra la evolución del valor de los fondos de pensiones administrados por las AFP, que son el mayor componente del ahorro privado.  Observamos que el valor de estos fondos, medido como porcentaje del PBI, ha caído de 21.8% a fines de 2019 a 11.5% del PBI. Además,  se viene elaborando una ley para permitir nuevos retiros de las AFP, lo cual llevaría al colapso del sistema de pensiones. La reducción de los fondos de las AFP, acompañada  del incremento de la informalidad (cuyos trabajadores  no contribuyen ni a las AFP ni a la ONP) son los principales impedimentos al aumento del ahorro privado y por ende, de la inversión.

La otra forma de hacer crecer el PBI potencial es recurrir al endeudamiento para financiar una mayor inversión pública. Esta pareciera que es la salida planteada por el actual ministro de economía. El endeudamiento es pasarle el costo de la salida de la recesión a las próximas generaciones o encubar una crisis mayor en el futuro sino se emplean los recursos con fines productivos. Peor aún, si el endeudamiento se usa para financiar mayores gastos en remuneraciones estatales, así como el otorgamiento de nuevos bonos y subsidios, acciones que no contribuyen a aumentar el PBI potencial y que, por ello, violan  la regla de oro de la política fiscal, de no endeudarse para financiar gasto corriente.

En el Gráfico 4, se presenta la evolución del resultado económico del sector público medido como porcentaje del PBI. Observamos que durante la crisis del 2008 se utilizó el déficit fiscal como medio de reactivación (política anticíclica) con buenos resultados.  Sin embargo a partir del 2014 el déficit se ha hecho crónico y la deuda pública como porcentaje del PBI ha superado los límites fijados por la Ley de Transparencia Fiscal.  A fines de septiembre el déficit fiscal llegó a 2.8% del PBI. Una vez mas vamos camino a violar las metas fijadas en el Marco Macroeconómico Multianual.

Querer recurrir una vez más al endeudamiento como medio de salida a la recesión podría ser contraproducente, especialmente si no se tiene una clara estrategia económica. Ejemplos del peligro de mal utilizar estos recursos son el financiamiento de Petroperú o el programa de masificación del uso del gas.